San Luis Beltrán nació en Valencia, España, en 1526. Fue bautizado en la pila bautismal donde 175 años antes se bautizó a San Vicente Ferrer, quien era pariente de su padre.
Ingresó a la Orden de Santo Domingo y fue ordenado sacerdote por Santo Tomás de Villanueva.
Cierta ocasión, Santa Teresa de Ávila le consultó sobre si debía fundar un convento en su ciudad. San Luis Beltrán le respondió: "El asunto sobre el cual me pide información es tan importante que me dediqué por varios días a pedirle a Nuestro Señor que me iluminara lo que le debía responder”.
“Ahora le digo que sí, que lo debe fundar. Y le añado una noticia más: su comunidad va a ser tan ayudada por Dios, que dentro de cincuenta años será una de las más importantes en la Iglesia Católica".
En 1562 es enviado como misionero a América y, según los escritos que él mismo dejó, bautizó a más de 15 mil indios.
Sus enemigos más peligrosos fueron algunos españoles que cometían injusticias contra los indígenas. Un día le ofrecieron un vaso de refresco envenenado. El Santo lo bendijo y el vaso se rompió en pedazos.
En 1569 regresa a España para formar futuros misioneros y retorna a la Casa del Padre el 9 de octubre de 1581.
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Publica: Coordinación de Prensa y Comunicaciones Canal Cristovisión
Fuente: ACI Prensa